“Ave marina” es el término genérico usado para describir de manera colectiva a cualquier especie de ave que pase una gran parte de su vida alimentándose y reproduciéndose en un medio ambiente marino. Aves tales como los pingüinos, albatros, petreles, fárdelas, cormoranes, alcatraces, piqueros, gaviotas y charranes (o gaviotines) son consideradas aves marinas. Algunas especies de pelicanos, patos y zampullines (o gallaretas) también suelen alimentarse en el mar pero generalmente no son consideradas aves marinas.
En ACAP consideramos principalmente a aquellas aves marinas que son conocidas por su riesgo de extinción debido a actividades humanas, principalmente, la pesca comercial. Las especies con un alto riesgo de esta amenaza son los albatros, los petreles y las fárdelas de la orden Procellariiformes. Este Orden es colectivamente conocido como “tubenoses” porque todos sus integrantes poseen narinastubulares.
Biología, dieta y reproducción
Las aves marinas pasan mucho tiempo de sus vidas sobrevolando los océanos en búsqueda de presas. La mayoría de las especies tienden a alimentarse en solitario, aunque grandes bandadas se reúnen alrededor de fuentes abundantes de alimento. Algunas fuentes comunes de alimento son calamares, peces y kril. Muchas especies siguen con frecuencia a los botes de pesca, compitiendo agresivamente entre ellos por desperdicios y carnadas.
Muchas aves marinas, como los albatros y petreles, tienen bajas tasas de mortalidad por causas naturales y largos ciclos de vida, algunos de ellos conocidos por vivir más de 60 años. Los albatros y petreles alcanzan la madurez sexual entre los 5 y 12 años de edad y se reproducen en colonias en islas remotas, formando un fuerte lazo entre las parejas a través de elaboradas demostraciones de cortejo. La mayoría de las especies tratan de reproducirse anualmente aunque los albatros más grandes se reproducen exitosamente cada dos años solamente (bianualmente).
Las tareas parentales son compartidas por ambos sexos. Petreles y fárdelas pueden anidar diversamente sobre simples depresiones en el suelo, acantilados, madrigueras o en grietas rocosas. Los Albatros (y los petreles gigantes) se reproducen en la superficie, en lugares donde los materiales para anidar estén disponibles, construyendo nidos con forma de cuenco hechos de hierba y lodo. Un solo huevo, grande (en comparación con el tamaño del cuerpo) y blanco es colocado en donde ambos padres lo incuban por 35-85 días, con turnos alternados. Después de la eclosión, los pichones anidan por un tiempo corto hasta que son capaces de regular su propia temperatura corporal. Después de este período, generalmente el pichón es dejado por los padres, quienes retornan regularmente para alimentarlo. El pichón es alimentado por ambos padres hasta que crece su plumaje tras 110-304 días, dependiendo de la especie.
Habitat
Las aves marinas se encuentran a lo largo de todos los océanos del mundo. Diecinueve de las 22 especies de albatros del mundo se encuentran en el hemisferio sur. Muchas especies, como el Albatros de cabeza gris, son extremadamente dispersas, pasando la mayor parte de sus vidas sobre la superficie de las aguas de alta mar. En contraste, otras especies, como el Albatros tímido adulto, tiende a ser más sedentario, alimentándose regularmente sobre aguas costeras durante toda su vida adulta.
Amenazas
Previas amenazas a las aves marinas incluyen el asesinato por su carne, huevos y plumaje. La modificación de sus sitios de reproducción y la introducción de predadores, tales como gatos, también impacta considerablemente en la población. Más recientemente, la expansión global de pesquerías palangreras ha planteado una de las amenazas generales más grande para las aves marinas aunque la pesca de arrastre y de enmalle también han contribuido a la muerte de muchos albatros y petreles.
La pesca con palangre es un método utilizado para capturar especies de peces y tiburones. Un palangre consta de una línea madre con varios anzuelos atados a brazoladas. La línea puede ser dejada relativamente en la superficie del mar (pelágico) o puede reposar en el fondo del mar (demersal). El número y tipo de anzuelos y el largo de las brazoladas depende de la especie blanco. Los palangres pelágicos pueden llegar a tener 100 km de largo y contener pocos miles de anzuelos. Sin embargo, el palangre demersal puede contener más de 20.000 anzuelos aunque su extensión es más corta. Cada año, miles de aves marinas mueren accidentalmente al ingerir anzuelos durante las preparaciones o en el arrastre de la línea. Las aves capturadas son posteriormente arrastradas bajo el agua por el peso de la línea, muriendo ahogadas. Para muchas de las poblaciones de aves marinas, su tasa de mortalidad se ve afectada por la pesca con palangre.
Sin embargo, esta amenaza se puede minimizar de manera considerable al modificar las actividades pesqueras y al adoptar medidas de mitigación. Estas incluyen el uso de líneas espantapájaros, líneas con pesos para reducir el tiempo que los anzuelos están disponibles para las aves en la superficie, el calado nocturno de línea y vedas estacionales de las pesquerías para evitar la pesca cuando las aves son más susceptibles a ser capturadas, como por ejemplo, alrededor de las colonias durante las temporadas reproductivas. La adopción de estas medidas ha eliminado ahora virtualmente la captura incidental de las aves marinas en algunas pesquerías.
Más recientemente, la mortalidad en pesquerías de arrastre también ha demostrado ser un serio problema para los albatros y petreles y medidas de mitigación han sido adoptadas para reducir esta amenaza. Las interacciones de las aves marinas con los buques arrastreros están divididas en dos categorías principales: aquellas que ocurren en los cables de arrastre (los cables gruesos que conectan la red con la embarcación) en los cuales las aves colisionan en vuelo o golpean cuando las aves se están alimentando en el agua detrás de los botes; y aquellas interacciones enfocadas alrededor de las redes de arrastre, en la que las aves se enredan al tratar de acceder a los peces de la red. Se ha demostrado que el uso de líneas espantapájaros es el método más efectivo para reducir los choques de las aves en los cables de arrastre. Sin embargo, la medida principal recomendada como la más efectiva es la retención o el manejo estratégico de los desperdicios (despojos y descartes) que disuade a las aves de acercarse a los botes pesqueros, reduciendo la captura incidental en las pesquerías de arrastre.
Las redes de enmalle matan a muchos de los petreles y fárdelas más pequeños, ahogando a las aves cuando estas se enredan. Han habido pocas investigaciones sobre la mortalidad de las fárdelas por pesquerías de red de enmalle y el desarrollo de medidas de mitigación para esta técnica de pesca todavía ésta en su fase inicial. Las medidas de mitigación se han puesto a prueba solamente en unas pocas pesquerías de red de enmalle y esta labor necesita ser expandida a otras áreas en donde se producen interacciones con las aves marinas.
Actualizado por última vez el 18 de febrero de 2016.